miércoles, 19 de septiembre de 2012

Del coloquio y su periferia



Del coloquio y su periferia

Alrededor del Primer Coloquio Internacional de Arte Contemporáneo “De la periferia al centro” surgieron diferentes ideas y discusiones, la mayoría relevantes y constructivas. Discusiones que sin duda han despertado reflexión. Sería interesante observar el movimiento o el flujo de esa reflexión.
Las preguntas generadas en cada una de las actividades apuntan hacia lugares diferentes y el flujo de pensamiento desencadenado por el coloquio comenzó a tomar un carácter excéntrico y divergente.
La reflexión desprendida de cada una de las mesas, charlas y exposiciones, partió de un centro bien delimitado, el tema del coloquio (“De la periferia al centro”), y se dirigió hacia la periferia, a la pluralidad de discusiones y temas abordados. Uno, como asistente a los eventos, podría haber elegido tomar una sola de las directrices y de ahí partir en su propia búsqueda, encontrando que cada uno de los problemas tiene todavía mucha tela que cortar. O bien, alguien con un pensamiento que tienda más hacia lo holístico intentará ver el coloquio partiendo de la totalidad y después tratará de unir los puntos, buscando encontrar aquella sinfonía que intuye escondida o velada por la divergencia y la pluralidad, tarea que también podría resultar de provecho.
Si buscáramos recapitular algunos de los conceptos que se tocaron, encontraríamos que se habló, en gran medida, de las ideas de identidad, sentido de pertenencia, unión, relatividad, individualidad, género, globalidad y hegemonía.  Se abordó el tema “De la periferia al centro” desde la perspectiva del creador, del docente, del estudiante, del teórico, del céntrico, del periférico, del céntrico-periférico y del periférico-céntrico. Se ha hablado mucho, de eso no cabe duda. Pero, ¿se ha pensado? y, si se ha pensado, ¿qué se va a hacer con todos esos pensamientos?
Durante el coloquio, uno de los puntos recurrentes fue la reflexión en torno a los conceptos de colaboración y colectividad, tan ad hoc a nuestros tiempos y a nuestro entorno. Se habló de esa característica que tiene el arte contemporáneo, aquella de buscar siempre la inter-disciplina, de colaborar o tratar de romper las fronteras que lo separan de la ciencia, la tecnología, y las humanidades. Hoy en día el trabajo del artista se mezcla con el del antropólogo y el del sociólogo, juega con el del científico y el del ingeniero, se vale del trabajo del publicista y del mercadólogo, y lo cuestiona todo apoyándose del trabajo del filósofo. Y así, se pretende crear una especie de amalgama generadora a partir del arte contemporáneo (una pregunta que todo artista contemporáneo debería hacerse es ¿qué se quiere generar?, no pensando en el objeto que va a crear, o la idea sobre la que se va a trabajar, sino en el cambio que se va a dar a partir de la obra).
Durante el foro académico se resaltó la necesidad de que los creadores contemporáneos locales se valgan de los recursos de otros campos del conocimiento, lo cual parece ya imperante. Hay artistas veracruzanos, o radicados en Veracruz, cuyo trabajo ya colabora con otras áreas o que se vale de los recursos de otras disciplinas para llevar su mensaje. El éxito de la transmisión de su mensaje, o la calidad del mensaje transmitido, eso será juzgado por el tiempo. Si estos artistas locales están partiendo de una premisa propia y genuina, quizá podemos decir, según lo analizado durante el coloquio, que se va por buen camino. Pero quizá también habría que preguntar si aquello generado aporta algo a esa sociedad de la que surge, tanto en el contexto local como en el global.
Entonces, dentro de las conclusiones a las que se llegó a partir de las actividades del coloquio, resaltaría la necesidad de que aquello generado en la periferia deje de buscar inscribirse o ceñirse a un discurso hegemónico, partiendo de intereses y premisas propias. Con la posibilidad de tomar del discurso céntrico aquello que le pueda calzar y desechando del mismo aquello que le sobre. Y si resulta que, al final, aquello producido desde la periferia es discrepante o afín al discurso hegemónico, da igual, lo importante es que, durante el proceso, no se haya pretendido copiar los patrones impuestos o ceñirse irreflexivamente a los cánones establecidos. Desde cualquier periferia puede surgir un discurso auténtico que con el tiempo llegue incluso a representar una alternativa a aquello que hoy denominamos el discurso céntrico del arte.
Que ya no sea solo la periferia la que toma o copia del centro, después de todo es de la periferia de donde surge la crítica y el sentido, sino que ahora sea el centro quien tome o copie de la periferia. Retomando una de las figuras que planteó uno de los expositores: para generar un discurso propio o escribir nuestra propia historia tendríamos, primero, que “agarrar nosotros el micrófono. Yo lo veo así, si el reflector no apunta hacia acá hay que construir nuestro propio sistema de luces.
Ahora bien, si intentáramos aplicar o aterrizar a términos prácticos y al contexto local lo hablado respecto a la necesidad de trabajar en red y pensando en la colectividad, veríamos que eso implica, por ejemplo, que las dependencias encargadas de generar y difundir el conocimiento y la cultura, en Veracruz, trabajaran en esquemas colaborativos abiertos, para lo cual habría que sortear o disolver los eternamente velados conflictos entre dependencias. En algunos casos no existe una barrera que obstaculice la colaboración entre dependencias, el coloquio es un ejemplo de ello, pero quizá todavía falta mucho camino que andar en ese terreno.
Implicaría también que cada alumno de artes -para aterrizarlo a mi entorno más cercano- buscara, en sus ideas y proyectos, colaborar con alumnos de otras carreras y de otras facultades, esto último en cierta medida ya se hace, sobretodo en el plano de la acción social, y es curioso, porque la acción social, junto con la inter-disciplina, son de los recursos y características primordiales del discurso del arte contemporáneo hegemónico, y no por eso dejan de ser algo necesario y valioso de los tiempos que vivimos. Pero el alumno debería también buscar vincular ese pensamiento colaborativo a su producción e investigación personal y al desarrollo de su carrera profesional, tanto dentro de la institución, como fuera de ella. Y esto podría aplicarse de igual modo al trabajo de cualquiera de los actores de la cultura en Veracruz.
En conclusión, el Primer Coloquio Internacional de Arte Contemporáneo “De la periferia al centro”, abrió la puerta a la reflexión. Nos quedó claro que, si se continúa promoviendo la colaboración entre los creadores, el trabajo en conjunto con otras áreas y la búsqueda de propuestas que partan de premisas propias y genuinas, quizá sí se pueda generar un discurso contemporáneo desde donde estamos -sea nuestro lugar céntrico o periférico, es relativo-, un discurso auténtico, sólido y competitivo, y un entorno en el que los artistas puedan, no solo enriquecer su propio trabajo valiéndose de colaboraciones, sino también aportar sus conocimientos y creatividad para generar soluciones a los problemas de los otros campos y disciplinas, soluciones aplicables a la realidad de nuestra región; como ya hacen hoy algunos.
Pero para pensar en la colectividad y en la colaboración verdadera también tendríamos que dejar atrás protagonismos (cosa difícil entre la comunidad artística), respetar diferencias, pero buscar sobretodo trabajar para un fin común. Tendríamos que dirigir la divergencia de nuestros pensamientos, para enfocarlos y hacerlos converger en un centro. En resumidas cuentas, tendríamos que ir de la periferia, al centro.

Carmen María Espinosa Mendoza
Xalapa, a 07 de Septiembre de 2012


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