martes, 26 de febrero de 2013

Tierra a la vista. Rafael Pérez y Pérez



RAFAEL PéREZ  y PéREZ

Tierra a la vista.  Cerámica-arte objeto


Las tierras bañadas de mar
brindan una naturaleza poética
            a sus habitantes. Crean un entorno
   sensual, tormentoso, sereno, erosionado,   
           rocoso, sílico, húmedo, energizante,
                 según lo revele cada momento
                                  y cada cartografía.
                                                                          

  
     Tierra a la vista ostenta una particularidad: coexisten en ella vectores de tiempos diferentes.  El concepto y la imagen “barco” –como transporte, comunicación y conquista-, es un elemento antiguo. La cerámica, sustancia elegida por Rafael Pérez y Pérez para realizar estas embarcaciones es más antígua aun que la navegación.  Es el primer material de que dispone el hombre prehistórico y con el que creara formas simbólicas y utilitarias.  Entre las obras de Rafael hay barcos que llevan imágenes religiosas, estos son objetos que dirigen un vector a los tiempos de la colonia.  Los que conjugan elementos encontrados de la sociedad urbana actual ocupan calendariamente el presente y su aceleradísima manera de ser. El conjunto de estos objetos registran compases de historia colectiva y también ciclos de vida individual –con algunos barcos que enlazan recuerdos de alguna persona en singular.

     Estos cuencos cerámicos habitados por muy variados elementos y materiales, son marejadas culturales propias del siglo XXI.  Estos barcos neorrománticos pueden evocar los mares, el arte popular o histórias fantasiosas.  Aquellos con oleaje cerámico acunan al niños-dios de la ritualidad católica llegada en sendos navíos; otros, navegan con abanicos que prometen brisa.  Duales –estáticos y a la par aludiendo al movimiento-, estos barcos son multifacéticos y barroquean nuestra percepción de cada uno de ellos. Tierra a la vista ! decimos al vislumbrar esta visión en cerámica que aporta Rafael Pérez y Pérez en su primera exposición.  El no se considera artista pero no puede resistirse al encanto del barro.  Es un sortilegio en el cual casi todos “navegamos”, sin querer y sin poder liberarnos.

     Rafael Pérez y Pérez hace esta colección que se sostiene independiente dentro de su narrativa.  Independiente, en tanto que se emparenta más con la historia fáctica y con la sociología que con artista alguno.  Sus trabajos son independientes ya que surgen de su obsesiva voluntad de expandir el uso, conocimiento y apreciación de la cerámica en México.  E independiente porque aunque este texto analiza las obras, éstas no requieren un andamio de ubicación estética.  Son entes en si mismos, lúdicos y emotivos.

     Tierra a la vista, anuncia esta cultura sigloveintiunesca y como tal, deconstruye las medidas de tiempo, se atavía con técnicas mixtas, registra un universo de desplazamientos, de  identidades en crisis y de sistemas de subsistencia collagísticos. En los barcos arte-objeto de Rafael Pérez y Pérez, la hipótesis de tiempo es insustituible. Conforma un concepto polifónico-visual, arrulla la mar con inflexiones de movimientos diversos, imaginados, experimentados y se expande hasta crear un trans-pop latinoamericano.   


Graciela Kartofel
México-Nueva York  

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